El embarazo es uno de los mejores momentos de la vida para mimarse y dedicarse tiempo a una misma.
En la mayoría de los casos sí está permitido y además es muy beneficioso porque:
- Elimina tensiones.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Ayuda a que te sientas mejor.
- Reduce el estrés y la ansiedad.
- Alivia la hinchazón y el edema.
- Tiene efecto relajante.
- Hace que duermas mejor.
- Alivia los dolores de cabeza.
- Fortalece el sistema inmunológico, lo que te ayuda a prevenir enfermedades de forma natural.
Además, los beneficios del masaje se extienden al feto, que recibe esos gestos a través del vientre de la madre.
Casos en los que no es recomendable el masaje en mujeres embarazadas:
- Embarazo de alto riesgo.
- Pérdida (acuosa o de sangre).
- Diabetes.
- Enfermedad contagiosa.
- Fiebre.
- Vómitos.
- Dolor inusual.
- Pre-eclampsia.
- Hipertensión arterial.
- Náuseas.
- Dolor abdominal.
- Diarrea.
Para evitar riesgos, es mejor NO recibir masajes en el primer trimestre de embarazo. Esta es la etapa de mayor riesgo de pérdida del embarazo. Para mayor seguridad, es recomendable consultar con el ginecólogo la conveniencia de recibir un masaje. Él mejor que nadie puede valorar las circunstancias específicas de la mujer y determinar si existe algún riesgo.
Por otro lado, si todavía no se nota el embarazo, díselo a tu masajista cuando vayas a hacerte una sesión, ya que tiene que saber que estás embarazada.
Centro de Estética Susana Basurto