Para saber qué tipo de piel tenemos, primero hay que conocer los distintos tipos que hay.
Son los siguientes:
- Piel normal: está bien equilibrada, no es demasiado grasa ni demasiado seca. Tiene una textura aterciopelada, suave y lisa. Es un signo de piel sana y radiante y no es propensa a la sensibilidad.
- Piel seca: es la que produce menos sebo que la piel normal. Como consecuencia de la falta de sebo, la piel se seca y pierde la capacidad de retener humedad y formar un escudo protector frente a influencias externas. Puede percibirse tirante, áspera y apagada. Existe diferentes grados de intensidad de sequedad.
- Piel grasa: es la piel con producción excesiva de sebo. Tiene brillo, poros visibles y tiende a presentar impurezas.
- Piel mixta: es una mezcla de diferentes tipos de piel. Los tipos de piel varían entre la que se conoce como zona T (frente, nariz y mentón) y las mejillas. Lo habitual es que se dé una zona T grasa y unas mejillas más secas.
Además, tienes que tener en cuenta que el estado de nuestra piel puede variar, de hecho lo hace, tanto por causas internas (medicación, estrés, factores hereditarios…) como por externas (clima, contaminación…).
Centro de Estética Susana Basurto