La hidratación de la piel es esencial. La piel es el mayor órgano del cuerpo humano. Cubre todo el cuerpo y actúa como barrera protectora aislando al organismo del medio que lo rodea.
De esta forma le protege, le ayuda a mantener la integridad de su estructura y le conecta con el entorno.
Por diversos factores a los que estamos expuestos diariamente, el mecanismo natural no es suficiente y debemos aportar una ayuda extra que evite la sequedad de la piel, las grietas, la descamación o la tirantez.
También con el paso de los años las glándulas sebáceas son menos activas y la piel va perdiendo, la capacidad de retener agua, por lo que se reseca con más facilidad.
Por otro lado, la calefacción, el aire acondicionado y el sol son factores externos que facilitan la evaporación de agua. El tabaco y el alcohol también son componentes que agreden a la piel.
Si la piel no tiene un completo equilibrio será más probable la aparición de problemas estéticos como: arrugas, manchas, celulitis o flacidez.